28 marzo, 2024
Interes General

Palermo: vecinos producen y donan alimentos cosechados en una plaza

En una de las plazas del barrio los vecinos crearon la huerta “Luna de Enfrente” que está dedicada a los cultivos orgánicos y tienen composteras de uso vecinal. Los alimentos que se cosechan son donados a instituciones, escuelas y comedores comunitarios.

La plaza seca de la esquina de Gurruchaga y Soler del barrio de Palermo desde hace tiempo ya no es la misma. Allí los vecinos intervinieron y crearon la huerta Luna de Enfrente, que es la primera huerta comunitaria del barrio y genera donaciones de alimentos orgánicos a instituciones sin fines de lucro, escuelas, y comedores comunitarios.

Uno de los iniciadores de la huerta es el empresario gastronómico Pablo Rivero, dueño de los restaurantes Don Julio y El Preferido, contó que “es el mejor proyecto que puede realizar en mi vida”.
 
Si bien los vecinos toman la iniciativa como una actividad recreativa, a su vez fomenta la autogestión de la producción de alimentos orgánicos y la sustentabilidad, que se da a partir de talleres y la participación en todo el proceso de cultivo. Por último, este proceso colaborativo termina en la donación de frutas y verduras orgánicas, que se destinan a diferentes sectores de la sociedad según disponga la Comuna 14.
 
La instalación de la huerta y todo lo que conlleva este procedimiento está planificado por la huertera Ana Armendariz que supervisa el proceso del sistema bancal profundo y el volumen de los cultivos en las macetas de 80 cm de altura. Además, estos trabajos, según cuenta la especialista, se realizan en la tierra y las cosechas se guían por un calendario lunar biodinámica que tiene en cuenta las constelaciones astrológicas.
 
También explican que lo primero que cosecharon fue acelga, apio, brócoli, cebolla de verdeo, lechuga morada, rabanitos, remolacha y rúcula; y en este momento están trabajando para el crecimiento de amapola, acelga, romanesco, kale, habas y arvejas.
 
Otro de los beneficios que tiene la huerta, según afirma Lenny, una vecina que asiste a diario a las propuestas del espacio, que antes la plaza era un lugar que se evitaba y prefería cruzar de cuadra, ya que era muy habitual los robos y las situaciones de violencia producto del consumo problemático de drogas y alcohol en la zona, y al igual que otros vecinos, dice que “daba miedo pasar por la entrada”. Para ella el proyecto fue un cambio de vida ya que en la huerta consiguió una forma de contención que la ayudó a estar en compañía cuando su hija se mudó y la soledad era muy dura. Ahora, transita las tardes junto a su perro conectándose con la naturaleza y junto a otros voluntarios, dice “ayudamos en todo lo que sea, a sembrar y a cosechar, para después donarlo”.
 
Así como la huerta genera alimentos para instituciones, también brinda un lugar para que los vecinos eliminen sus propios desechos para que sean convertirlos en abono para las próximas cosechas. El funcionamiento de la huerta Luna de Enfrente es a través de cuatro composteras que se llenan y las lombrices californianas hacen su trabajo cuando se cierran las tapas. Los residuos orgánicos se transforman en abono. Cada cuatro meses el compost se incorpora en las macetas para proporcionar nutrientes a la nueva vegetación. Finalmente, la Comuna 14 decide a qué instituciones se destinan los bolsones de lo cosechado. Todos los alimentos cosechados quedan registrados en el acta comunal y pueden ser chequeadas en la página web de la Comuna 14. 

El presidente de la Comuna 14, Martín Cantera, explica: “Creemos firmemente en la participación público privada para el desarrollo de nuestro barrio. Los resultados están a la vista: generamos un espacio de calidad donde también se rompe el paradigma de que una plaza solo es atractiva si tiene hamacas. Hoy en la huerta Luna de Enfrente los vecinos se pueden capacitar, colaborar con las tareas diarias, llevar sus residuos orgánicos a las composteras, participar de las cosechas y las entregas”

Asimismo, Cantera destaca que “generar la primera huerta urbana comunitaria de Palermo fue un gran desafío. Es un concepto relativamente nuevo que en varias ciudades del mundo es tendencia, cada vez hay más”. También resalta que la práctica institucional que utilizaron para llevar a cabo el proyecto es el Padrinazgo, a través de la firma de un acuerdo de colaboración entre ambas partes, votado en la Junta Comunal 14 y firmado por ambas partes.

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